25/1/12

La Cópula del Milenio


No, no me he confundido con el título.

Que sí, que lo del polvo del siglo y todo eso esta bien para los cotilleos de Carrie y sus amiguitas de Sexo en Nueva York. Pero cuando la ocasión lo requiere, hay que ponerse superlativos de verdad, así que voy a hablar de la Cópula del Milenio. Y es que más que una cópula es una jodienda.
El que no pertenezca al ámbito de Valladolid, probablemente todavía no sepa que me refiero a semejante artefacto.

El proyecto proviene originalmente de un pabellón [pabellón SED] diseñado por Enric Ruiz Geli y el estudio CLOUD9 para la expo´08 de Zaragoza. Se trata de una “cúpula” con estructura metálica formada por hexágonos y pentágonos [como un balón de fútbol de toda la vida] y una piel de fibra de carbono y un material ecológico llamado EFTE, que por lo visto contribuye a la refrigeración. Además cuenta también con “suelos inteligentes” , paneles fotovoltaicos, LED´s a tutiplen, jeliguey y cromenagüer. Un cóctel de tecnologías inteligentes, como titulan algunos medios[Quiero aclarar que pese a no ser de mi agrado, no es el proyecto original el que estoy juzgando, porque no lo he visto en el contexto y función para las que fue pensado].

Secuencia "Cupular": Milenio apagada-Lumihora apagada-Milenio encendida-Lumihora encendida

Hasta aquí todo más o menos bien. Pero decir que con la colocación de esta semiesfera, Valladolid se pasa al modelo de green-city, me parece cuanto menos exagerado.
Y es que, aunque no discuto que la intervención pueda tener algún pro, a mi se me ocurren varios contras.
El primero es el funcional. Que se realice una obra de estas proporciones sin ninguna función predefinida creo que es como mínimo un disparate. Para colmo, como justificación de cara a la galería se decide utilizar para albergar conciertos puntualmente. [Desde luego no creo que esto sea razón suficiente para su construcción]. El problema añadido, es la mala acústica del espacio: pese a haberse colocado absorbentes sonoros, el volumen semiesférico provoca un enorme eco; el sonido se concentra en el lado opuesto a la escena y rebota hacia ella otra vez.
Además pese a reconocer que el entorno de la Plaza del Milenio es más agradable ahora, se ha privatizado el principal aparcamiento disuasorio, que reducía el trafico rodado por el centro de la ciudad.

Al hablar de números la cosa no mejora: aparte de la compra de la estructura a la expo, el coste inicial del proyecto fue de 10,8 millones de euros de nada. Sin incluir el IVA. Con la que estaba cayendo ya, en 2011. Todo eso para crear un espacio inútil e injustificado.

Puestos a elegir, me quedo con la Cúpula Lumihora que regala Nesquik. Es básicamente lo mismo que la Cúpula del Milenio [una semiesfera blanca que emite luces de colores], pero ademas del coste económico nulo, proyecta la hora en el techo. Podría ser una futura justificación: utilizar la cúpula a modo de bat-señal, para que algún superhéroe nos salve de las locuras consistoriales. Al menos tiene más sentido que el chorroloco ubicado en el río.

       Multitud expectante esperando la llegada de batman.

Como en toda cópula, siempre se la meten a alguien, pero esta vez ha sido doblada.
Saquen sus propias conclusiones.

19/1/12

Winter is coming...


Hace unos días, en un programa radiofónico que escuchamos y que algunos de vosotros conoceréis, no sabían lo que significaban las siglas PFC. Aquí podéis oírlo. La gente no tardó en contestar vía redes sociales. Era de esperar, teniendo en cuenta que los que estamos en ello, escuchamos muchísima música/radio para distraernos un poco, y vaya si lo conseguimos, porque nos distraemos con cualquier cosa. En este caso, era una mención clara, digna de prestar nuestra atención, y mucha gente se sintió herida en su ego porque ningún locutor allí lo supiera; claro, las carreras que cursaron ellos carecen de PFC, si es que han hecho carrera, pero bueno, ese es otro tema. 

Estas líneas van dirigidas precisamente a eso, a dejar apartado  por un momento el PFC, porque entre una mañana y otra, una tarde y otra (y seguramente más adelante entre una noche y otra) empezamos a necesitar algo distinto a lo que dedicar un rato. A lo mejor alguien se puede sentir identificado, pero ¿a quién le gusta ocupar el 100% del día útil a hacer lo mismo? Es como salir de trabajar y en tu tiempo libre hacer horas extra, porque sí. Al final te cansa-agobia-estresa-consume-etc. A nosotros, y cada vez a más gente, nos da por escribir en un blog, o simplemente navegar entre ellos, dándonos cada vez más cuenta de la cruda realidad que nos espera cuando terminemos. Pero bueno, de eso ya hemos hablado.



Hoy quería hablar del puro trámite que se supone que es esto del PFC (ironía off). A ver, el PFC puede ser muchas cosas, depende de cómo lo mires: -lo que te obligan a hacer para que den el título de arquitecto; eso es así; -ese magnífico proyecto al que dedicas un año de tu vida y que nunca verás construido (totalmente cierto); proyecto que sirve como tarjeta de presentación para encontrar trabajo (eso en el caso de que lo hubiera); proyecto más completo que harás con tus propias manos tú solito (esto ya no siempre se cumple, porque ya hay gente que se presta a hacerte el trabajo, más allá de amiguismos, por un módico precio, eso sí, sin garantía de éxito); y una última que se me ocurre, adquirir una experiencia académica única y muy valiosa, de eso no hay duda, porque lo que no aprendas aquí ya olvídate, después estarás sólo ante el peligro. Esta última “definición” la leí en un libro que llegó a mis manos hace unos días, titulado “Cómo se hace un proyecto fin de carrera”. Dije mira, un libro que nos viene al pelo, voy a echarle un vistazo. Con curiosidad empecé a leer, como si éste fuera a resolver algo. Pronto se truncó la ilusión, ya que como él mismo lo dice en la introducción… “…quiero aclarar que no trato de explicar cómo se hace un proyecto, eso forma parte de la carrera de arquitecto y del conjunto de sus asignaturas…”.  Es de fácil y recomendable lectura, aquí tenéis el enlace.

Quizá no sirva de mucho hoy en día este libro (1998), cuando aún se entregaban los PFCs a mano, lo que hoy nos parece ya prehistoria, pero creo hay bastantes cosas interesantes y curiosas. La que más me llamó la atención fue, sin duda, un gráfico en las páginas finales de los tiempos que te llevará realizar el PFC, más o menos unos 6 meses, para mi sorpresa. ¡6 meses! Ya me contaréis cómo, si trabajando en él 12 horas al día, encargándoselo a alguna cuadrilla de arquitectos, con un sobre de billetes entre lámina y lámina… Me gustaría mucho saber la situación de las otras 30 escuelas de arquitectura en cuanto a funcionamiento del PFC, para así poder hablar desde el conocimiento, pero creo que hoy en día nadie tarda 6 meses en hacer el proyecto, por unas causas u otras, y casi vivo más tranquilo sin saber lo que entregan en otras escuelas, si al final, todos vamos a acabar con el mismo título. Y es que una de las cosas que ralentiza el proceso es, que siempre ves lejana la fecha de entrega; porque, ¿cuántas veces en estos últimos tres meses os han salido planes y habéis dicho: bueno, si no voy a entregar en junio, qué más da salir hoy?, como si total, un día más-menos no contara para la entrega. Esperemos que en septiembre no nos acordemos de esto...


Habrá que seguir adelante con lo que viene, a ese ritmo endiablado. El proceso ha comenzado, sigue su curso, y ya no tiene marcha atrás. Se acerca el invierno… o más bien la entrega… hemos vivido un largo verano que aún continúa para algunos, pero ya sabéis, cuanto más largo es el verano, más duro y frío será el invierno. No lo dejéis todo para el final!



PD: haced copias de seguridad, los errores fatales nunca sabes cuándo llegarán.

8/1/12

La INIDITEXtación arquitectónica

Nueva imagen de Torre Picasso

La reciente compra de Torre Picasso [icono arquitectónico en Madrid durante años], por parte de Amancio Ortega, debió provocar una conexión entre dos cables pelados de mi cerebro, sugiriéndome una relación entre dos mundos a priori muy distintos: moda y arquitectura.

En estos días de vehemencia y manifiestos donde todo el mundo parece tener la solución a la situación actual de la profesión, yo propongo LA INDITEXTACIÓN ARQUITECTÓNICA.
Tomar como ejemplo el grupo textil más importante de España, que surgió a partir de una pequeña tienda de batas.
No me quiero quedar en lo evidente. Me explico: que nadie piense que lo que propongo es una arquitectura en serie [independiente del contexto] diseñada en Marruecos y construida con materiales de Bangladesh.

Me refiero a la trascendencia social.
El mérito de ZARA [la marca más popular del grupo] no reside en descubrir o reinventar la moda. La gran virtud, es “lograr una calidad notable en las prendas y una adaptación constante a los deseos del publico”[1], en función de cada momento y lugar. “Y uniendo a la satisfacción de los gustos de la demanda una relación calidad precio muy aceptable y asequible, democratiza así el deseo generalizado de ir a la moda”[1]

John Galliano solo hay uno [por suerte para los judíos], sin embargo vestir algo suyo, esta muy lejos de las posibilidades del españolito medio; mientras que vestir de ZARA es algo común y barato.
Con esta comparación, solo quiero enunciar el desfase existente entre sociedad y arquitectura.
Actualmente, solo unos pocos pueden habitar viviendas de [supuesta] calidad arquitectónica, serían los que visten de John Galliano [véase Koolhaas, Rogers, Nouvel...], mientras que el hueco que ZARA ocupa en el mundo de la moda, está vacante en el campo arquitectónico
El ciudadano medio, habita generalmente, una vivienda, mejor o peor construida, pero sin ningún atractivo arquitectónico. Cierto es que no lo anhela. ¿Por qué? Muchas veces los arquitectos cometen el error de pensar que la arquitectura es algo hecho por y para ellos, y que el resto de la sociedad no la comprende y no manifiesta atracción por ella. Es por tanto necesario hacer autocrítica.
Pero también es cierto que el español medio tampoco se podría considerar experto en diseño de moda, y no por ello no desea vestir bien. No es un problema de formación, sino de interés.

Mientras el colectivo de arquitectos, ha abandonado hace tiempo ese estatus de club selecto, para convertirse en un grupo heterogéneo y variopinto integrado en la clase media [dentro de poco lo estará en la clase baja o ínfima], la sociedad todavía sigue considerando la arquitectura una especie de lujo.
Aún no se ha producido la democratización de la arquitectura.

¿Y no sería una posible solución la INDITEXTACIÓN ARQUITECTONICA? Me explico:
Supongamos que varios arquitectos se juntan y montan su propio ZARArquitectura, en el cual ofrecen proyectos eficientes y buscan un constructor que permita material izarlos con una buena relación calidad-precio.
El cliente se va satisfecho a su vivienda bien construida, bien proyectada y asequible.

Por desgracia la situación actual está muy lejos de ser así.
Sería más bien algo como esto:

Caso1:
El “señor Corte Inglés” [por ejemplo], sale de compras por el rastro, compra un proyecto de 1.000 pisos de pésima calidad arquitectónica, pero muy barato. Subcontrata la construcción, con materiales deficientes y mano de obra poco cualificada, pero muy barata. “Coloca” los 1.000 pisos en un “escaparate” muy bonito, y se los vende a sus clientes a un precio muy superior al que correspondería por su calidad.
Los clientes se van “satisfechos” a sus viviendas anodinas con goteras y caras.

Caso 2:

El señor [ya mencionado] John Galliano, recibe un encargo de un cliente adinerado. Realiza un proyecto interesante pero complejísimo. Contrata materiales de primera calidad y mano de obra muy especializada que sea capaz de resolver los detalles constructivos [difíciles y singulares], lo cual dispara enormemente el presupuesto.
El cliente se va satisfecho a su vivienda interesante, sin goteras [hoy probablemente dentro de dos años sí las tenga debido a su compleja construcción] y cariiiisima.

Aunque siendo realistas y viendo la situación económica actual, es posible que pronto no podamos permitirnos comprar en ZARA, ni siquiera en rebajas.