7/3/12

Con la “R” …


No, no se asusten, de momento no nos planteamos participar en el “pasapalabra” aunque no sabe uno qué es lo próximo que va a tener que hacer para ganarse el pan, ese pan que con tanta facilidad (no sin esfuerzo) nos ganábamos los arquitectos hasta antes de la crisis. Ya no me refiero a ese bache económico llamado “crisis” por el que pasa Europa, sino al “socavón” por el que pasa la arquitectura. Y es que uno no puede hacer menos que preocuparse cuando en los últimos días escucha los datos que rodean a la arquitectura en España: uno de cada dos arquitectos en este país está en paro, el 50% de los estudios ha cerrado y el que permanece abierto factura un 10% de lo que facturaba hace 5 años. Ante esto la respuesta ha sido casi inmediata: “pues nos marchamos a otros países” esto es lo que han hecho muchos y pensado otros cuantos pero parece que no es la panacea puesto que las condiciones de los que emigran como asalariados son muy duras y el que decide abrir un estudio se encuentra con bastantes problemas burocráticos.

Por ello, el sector está desperezándose y se plantea luchar ya no por hacernos ricos sino por sobrevivir. Y parece ser que lo que va a sufrir la profesión es una Revolución, una Reinvención, una Reconversión hacia aquellas cosas que antes solo realizaban unos pocos estudios por ser mucho menos rentables que las obras de nueva construcción. Estamos refiriéndonos a tasaciones, inspecciones técnicas, especialización en nuevas energías y sobre todo la Rehabilitación.

Parece ser que esta palabra, rehabilitación, es la que separa a los arquitectos europeos que les va bien (Alemanes, Británicos, Suecos, Daneses) y a los que nos va mal. La razón básicamente es que en Dinamarca el 80% de los arquitectos se dedican a la rehabilitación de edificios y a su mantenimiento, en Alemania el 60 % y en España es apenas un 20%. Y no será porque los arquitectos españoles no tengamos esa formación necesaria o simplemente rechacemos este tipo de trabajos y en Dinamarca los acepten, la clave está en una concienciación global comenzando por los de siempre, el Gobierno. Principalmente se le pide que agilice en aspectos burocráticos (licencias) y lance las actuaciones con un decreto de rehabilitación para antes del verano  buscando como dice en unas recientes declaraciones Jordi Ludevid “la rehabilitación arquitectónica no segmentada y que evite la destrucción del patrimonio histórico nacional”.


Ésta es sin duda una de las salidas que nos quedan a los arquitectos pero también parece que hay otros mercados por explotar, en este caso la Rehabilitación energética tal y como proponen los técnicos de WWF España que hablan de rehabilitar energéticamente más de tres millones de viviendas buscando la eficiencia energética de las mismas. Una práctica que ya se ha llevado a cabo en Alemania (dónde iba a ser sino) rehabilitando más de un millón de viviendas gracias a la financiación del banco estatal Kfw y ha producido 240 000 empleos nuevos al año. Por lo tanto, es una práctica que no se debería descartar, aunque los problemas parecen los de siempre, obstáculos normativos y problemas de financiación.

En definitiva, que no todo es negativo en las noticias con la palabra “arquitectura” y nos queda algo de esperanza ya que tal y como hemos concluido en otros artículos anteriores, si algo le queda al arquitecto es su buena formación y la capacidad de reinventarse.

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