20/7/12

#PASAEdeviaje: BERLÍN, Museo Judío (Daniel Libeskind)

Hace un año ya. Un bocata, un café… y un suave paseo hasta llegar a un curioso palacete, sede de instituciones de la antigua Prusia. Y a su lado una llamativa ampliación, obra del arquitecto de origen polaco Daniel Libeskind, más teórico que constructor, y un perfecto desconocido hasta esta obra (1999).



Es el Museo Judío de Berlín, y se podría denominar como arquitectura radical. Es impresionante la capacidad de transmitir unas emociones de carácter tan sobrecogedor tan sólo con la arquitectura.
En primer lugar, la aproximación al museo, demasiado oculto entre vegetación, no permite hacerse una idea previa del edificio que el visitante va a descubrir (y experimentar). Solamente se puede apreciar, entre los árboles, una fachada metálica, fría, surcada por múltiples cortes y hendiduras diagonales, a modo de cicatrices, que realmente son reflejo de un mapa en el que se ubican calles, lugares y direcciones de importantes hechos y personalidades judías de la ciudad.
El acceso se realiza por el palacete del s.XVIII, conectado mediante el sótano a la nueva intervención. Una vez allí, una planta en zig-zag (que respeta árboles y se identifica con la terrible y tortuosa historia de los judíos alemanes), llena de ángulos oblicuos, comienza a transmitir sensaciones de tensión y ansiedad. Muros ciegos y desnudos, pasillos estrechos e interrumpidos, encuentros diagonales, suelos inclinados y colores oscuros dominan este mundo subterráneo formado por 3 líneas que conducen a 3 experiencias:
- el eje que conecta las galerías del museo, y en el que es protagonista una larga y vertical caja de escaleras coronada por múltiples vigas que la cruzan en direcciones azarosas.


- el eje del Exilio, que conduce a un jardín de suelo notablemente inclinado y un bosque de 7x7 bloques de hormigón que es necesario recorrer pese a que carece de salida, provocando un efecto desalentador y de cierta incomodidad buscada por el arquitecto.
- el eje del Holocausto, que culmina en una torre hueca de hormigón visto y de sección trapezoidal, iluminada únicamente por una estrecha rendija superior, y donde el silencio y la oscuridad producen una inevitable sensación de recogimiento.

 
Es increíble cómo un edificio, por sí mismo, puede transmitir al visitante unas experiencias y sensaciones como lo hace este museo. Cómo sólo con la arquitectura se puede conmover, inquietar y emocionar, conectar al individuo con la historia y hacerle reflexionar. Tanto es así, y como anécdota, que este museo abrió sus puertas… ¡vacío! Sin nada que exponer, sólo sus paredes desnudas y su propia capacidad de ser percibido y recorrido, experimentado y vivido.

Comprobamos la experiencia in situ, y es cierto que no deja indiferente. Puede que los alemanes hayan aprovechado el tirón turístico de un tema un tanto macabro y vergonzoso para su historia nacional, pero, arquitectónicamente hablando, la visita a este edificio de Libeskind merece la pena por esa capacidad de influir en un estado de ánimo por unos momentos y hacer reflexionar, sólo con la experiencia, sólo con espacio, sólo con luz, sólo con arquitectura.

12/7/12

Pecha Kucha Night o la creatividad al poder


A estas alturas, puede que ya sepáis o hayas oído hablar de la Pecha Kucha Night. ¿No? Os lo explico rápidamente.

Pecha Kucha Night es aparentemente un nuevo método de transmisión de ideas interdisciplinar, donde arquitectura, diseño, música, arte, fotografía, cine, publicidad, etc. encuentran un espacio de [inter]acción. En torno a 12 ponentes exponen sus ideas, proyectos, diseños a través de diapositivas o imágenes con una duración limitada. Los participantes son estudiantes, profesionales, profesores, empresarios… de esas diferentes disciplinas.


Pero, ¿qué tiene de especial? Pecha Kucha Night se diferencia de otros eventos por su formato, conocido como 20x20, o lo que es lo mismo, 20 diapositivas en 20 segundos cada una, para hacer un total de 6 minutos y 40 segundos por speaker. De esta forma, el público experimenta una gran diversidad de presentaciones en un breve período de tiempo, de forma que un conglomerado de ideas, recuerdos o sentimientos recorrerán tu cabeza. Al finalizar las presentaciones, el evento se transforma en un espacio de encuentro entre los participantes, provocando la interrelación entre personas con diferentes perfiles creativos. Es el momento de encontrar trabajo, un socio, de acercarse a los ponentes con preguntas, de disfrutar del ambiente, la música, de conocer gente, sus aspiraciones, inspiraciones…

La idea fundamental es compartir ideas, proyectos, diseños… por una noche, mientras el público mantiene un nivel de interés alto, dado el formato breve y conciso de las presentaciones. No se trata de ser conocido, de hacer mejores proyectos, sino de transmitir una idea y que nuestro trabajo llegue a la gente que se mueve por un determinado entorno, con nuestras mismas inquietudes.

Antes he dicho arriba que Pecha Kucha es “aparentemente” un nuevo método de transmisión de ideas, ya que todo el mundo alguna vez a lo largo de su vida ha tenido que preparar una presentación o  powerpoint. Los hay que se alargan y acabas perdiendo el interés, y otros que se quedan cortos y no te da tiempo a saborearlo. Parece que nunca se acierta.


Además del contenido cultural de las presentaciones, este formato me parece interesante por la relación que se establece con la gente. Por regla general, en las facultades no te enseñan a hablar en público, es decir, la retórica de la Grecia clásica. Y me parece un error, porque puede que seas un fenómeno en cualquier materia, pero si no sabes explicárselo al de al lado, mal vamos. ¿Os imagináis que tuviérais que exponer los aspectos fundamentales de lo que estás trabajando en estos momentos? o ¿qué pasaría si os hicieran una entrevista de trabajo con este método?
Exponer tus ideas y proyectos en 20 imágenes, con límite de tiempo, sin centrarse en ninguna en concreto, ya que tienes el mismo tiempo para cada una. ¿Fácil o difícil?

Y es que, la Pecha Kucha está íntimamente relacionada con la arquitectura, quizá porque sus creadores, Astrid Klein y Mark Dytham son arquitectos, afincados en Tokio, donde surgió  la idea en el año 2003 para luego expandirse a ciudades de todo el mundo, llevándose a cabo en más de 500 ciudades, y en cuanto a  nuestro país, no sólo en las grandes capitales como Madrid, Barcelona, Bilbao, Sevilla, Zaragoza o Valencia… sino también en Jaén, Murcia, Castellón, Logroño o Ferrol.

Aquí tenéis un resumen de la reciente Pecha Kucha Night vol. 16 en Barcelona.



La siguiente pregunta entonces es, ¿para cuándo una Pecha Kucha Night en Valladolid? No me resulta para nada complicado imaginar una Pecha Kucha Night en el Penicilino, por ejemplo, en ambiente distendido y agradable, o quizá en un lugar más formal como algún salón de actos de una facultad u otro edificio de la ciudad.

Con la globalización de internet, todo está en la red sí, pero no siempre encuentras todo lo que buscas… ni buscas todo lo que encuentras. Además de ser muy impersonal o existir más desconfianza. En persona calas rápidamente la gente, sabes si ese persona puede llegar a ser tu socio o compañero de negocios. Aunque bueno, tampoco vamos a juzgar a alguien en  6 minutos ¿no?, ¿o sí?

6/7/12

Eventos deportivos, arquitectura y ciudad

Tras la Eurocopa, evento deportivo que ha captado todos los flashes durante las últimas semanas, hay una serie de aspectos que me han llevado a reflexión sobre eventos deportivos, arquitectura y ciudad. No se trata de describir o analizar los estadios que se han rehabilitado o se han construido para el acontecimiento, ese sería el análisis arquitectónico más inmediato, pensar en arquitectura y evento deportivo e inmediatamente reflexionar sobre las piezas arquitectónicas (los estadios). Además, sobre eso ya se ha escrito en otros blogs de arquitectura y hay información muy abundante en la red.

Popularmente se dice que el fútbol puede cambiar la sociedad en la que vivimos y curiosamente los arquitectos damos esa misma habilidad a la arquitectura. Según mi opinión se trata de una verdad a medias en los dos casos. Lo realmente importante es la capacidad que tienen tanto los eventos deportivos como la arquitectura de influir en la ciudad y en la sociedad.

¿Por qué tantos países compiten por organizar un evento deportivo de grandes dimensiones (Eurocopa, Mundial de fútbol, Juegos Olímpicos)?  La respuesta inmediata son los beneficios económicos, pero tras investigar un poco se puede descubrir que para organizar la Eurocopa que acaba de concluir los países organizadores han invertido más de 25.000 millones de euros y los mayores ingresos se reciben del turismo, aproximadamente 1,4 millones de visitantes. Además, numerosos estudios reflejan un crecimiento mínimo del PIB. Por lo tanto, el beneficio se encuentra en el desarrollo de infraestructuras para la ciudad, la renovación de instalaciones, la construcción de nuevos edificios, las inversiones que reciben los países organizadores y sobre todo ser el foco de todas las miradas durante el evento deportivo.

Un ejemplo aún más claro de este efecto lo protagonizará en los próximos años Brasil, al aglutinar dos grandes eventos deportivos de forma consecutiva. Un país en desarrollo y con muchos recursos va a recibir un gran impulso en infraestructuras, nuevas edificaciones que se proyectan para los eventos pero que quedarán como legado para las ciudades y en definitiva se mejorará la calidad de vida de los ciudadanos como por ejemplo en la ciudad brasileña de Natal. 




Estos eventos deportivos generan además nuevas iniciativas, como por ejemplo la llevada a cabo para el mundial Brasil 2014 como el primer mundial sostenible integral. Se contemplan aspectos como la cooperación social, la gestión de residuos, las energías renovables, la reducción y compensación de los gases contaminantes y principalmente el desarrollo de los “estadios verdes” garantizando que todos los recintos deportivos obtendrán el certificado LEED (Liderazgo en Diseño Energético y Medioambiental).


En conclusión, el mérito que hay que darle al evento deportivo es la capacidad de impulsar el desarrollo de una ciudad o incluso de todo un país, uniendo el efecto producido por la aparición de inversiones y el uso de la arquitectura como instrumento principal, un evento de estas características cambia la sociedad.

Fuentes: